La Biblia tiene mucho que decir sobre nuestra existencia, propósito y destino. Y como es verdad, ¡vale la pena escucharla!
Aunque las almas humanas son eternas, la condición humana está caída e irrecuperable por cualquier tipo de intervención humana.
Jesús respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6)